Clarín DECO étnico 15, Cecilia Garavaglia, 2014
Rastros del sur y alma de madera
Naturaleza y abstracción geométrica dialogan en una obra exquisita
LA ARTISTA Mexicana, se formó en París y en Buenos Aires con Stupía, Gorriarena, Luis F. Noé y otros maestros. Trabaja en esculturas y tintas en su taller porteño y en San Martín de los Andes.
Sendas útiles
Lejos de trazar perfiles inequívocos, Isabel de Laborde opta por la insinuación y lo virtual. Con líneas elocuentes, nos habla de energías en eterna movilización. Blancos y negros, espacios y cavidades nutren el efecto estético logrado mediante un certero trabajo de abstracción. Pero la huella del origen, de esta ofrenda primera que el azar y la naturaleza le han hecho, es celosamente preservada tanto en las manchas como en las maderas que componen su obra: materias primordiales, más que primarias. La artista reflexiona: “Somos un jardín claro y oscuro a la vez, día y noche, consciente e inconsciente. Mis paisajes (e idiomas) son México, Francia, Buenos Aires y la Patagonia. Mis casas son la naturaleza, la poesía y el vació. Es mi vocación develar, agradecer y vivir el misterio de la vida.”
Huellas
Las manchas plasmadas en el papel, al igual que las maderas encontradas en ríos y lagos del sur, operan sobre Isabel de Laborde como auténticas incitaciones. A partir de éstas texturas construye una obra en la que se insinúan fantásticos bosques y cartografías, para soñar latitudes misteriosas.
Clarín DECO étnico 15
Atelier: Isabel de Laborde